Trompa de Eustaquio

La Trompa de Eustaquio – también denominada Tuba Auditiva – recibe su nombre del anatomista italiano Bartolomeo Eustachio, quien fue el primero en describirla. Se trata de una conexión estrecha -como un tubo- entre la nasofaringe y el oído medio, con una longitud aproximada de 3.5 centímetros en adultos, cubierta de células epiteliales respiratorias (epitelio ciliado), formada por una parte cartilaginosa y más extensa del lado de la nasofaringe y una parte ósea más corta que se ubica hacia el lado de la membrana timpánica.
La Trompa de Eustaquio regula la presión entre la nasofaringe y el oído medio. Esta ecualización se logra principalmente al tragar o bostezar, momentos en los que la tuba se abre brevemente y vuelve a cerrarse de forma inmediata, normalizando de esta forma la presión en el oído medio. Si cerramos la boca, nos tapamos la nariz e intentamos exhalar, la presión en la nasofaringe puede incrementar y producir una apertura pasiva de la Trompa de Eustaquio (maniobra de Valsalva).

La forma natural para igualar la presión consiste en la contracción de ciertos músculos de la garganta que abren la entrada a la Trompa de Eustaquio durante la deglución y el bostezo, y causan el típico sonido de „crujido“ dentro de los oídos (esto puede requerir de entrenamiento).
Otra de las funciones de la Trompa de Eustaquio es el drenaje de secreciones del oído medio. En el caso de enfermedades del tracto respiratorio superior, la tuba puede estrecharse debido a la inflamación de las membranas mucosas o, especialmente en niños, servir como canal de transporte ascendente para infecciones bacterianas que causan inflamación en el oído medio (otitis media). La obstrucción de la Trompa de Eustaquio puede producir efusión timpánica.

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Si la ventilación de la Trompa de Eustaquio se ve afectada, la presión no se ecualiza y se experimentan síntomas desagradables como sensación de presión o audición amortiguada.

Un buen método para tratar problemas de ventilación en la Tuba Auditiva es la dilatación con balón a través de TubaVent^®.  Esta intervención mínimamente invasiva se lleva a cabo bajo anestesia (por un periodo breve) y por medio de una sonda de balón que el cirujano inserta en la sección cartilaginosa de la Trompa de Eustaquio a través de la nariz y/o boca, para luego inflar el balón, alcanzar una presión de 10 bar y dejarlo actuar por dos minutos.

De esta forma se dilatan los „cuellos de botella“ de la tuba auditiva y se restaura la función de la misma, permitiendo tanto el flujo normal de aire como la ecualización de presiones.

En el caso de condiciones anatómicas estrechas, como por ejemplo las de los niños, es recomendable usar un canal de inserción más corto que permita un manejo más fácil. TubaVent® short ha sido desarrollado de acuerdo a este requerimiento y para ser utilizado en combinación con el instrumental de inserción desechable TubaInsert®. La sonda ha sido adaptada de forma óptima al instrumental desechable y equipada con una punta especialmente redondeada.

El catéter TubaClean® fue también desarrollado para sondear y limpiar la tuba auditiva durante cirugías en el oído medio.